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Ressenya
XXX - Bernardo Atxaga
Nevadako egunak / Días de Nevada
Per Marta Ramoneda Molins
4.6.2014
Este mosaico de piezas que el autor va recogiendo en su andadura sea por los recuerdos, sea por apuntes, artículos, anuncios, cuentos, recortes, esbozos biográficos, sea por lo más recóndito de los sueños que emergen a la conciencia, llevando a los fantasmas a la plena luz del día. De tal modo que el pasado quedará injerido en el presente de la narración. Y todo ello siguiendo una prosa equilibrada, donde se privilegia el curso coherente de lo evocado, para que podamos compartir este viaje de la crónica a la novela donde habitan los personajes surgidos de la intimidad del autor.
Pero nada resulta solemne ni enjundioso, todo es sutil y cercano, de lectura familiar; en no pocos momentos, el relato se impregna de tintes de historieta, con escenarios que nos recuerdan las viñetas de los folletines del Oeste.
(Expongo entre paréntesis una duda: el bellísimo capítulo que Atxaga dedica a la muerte de su madre, ¿por qué está inserto en este libro? Quizá la explicación sea evidente, pero a mí se me escapa).
Hecho este paréntesis, resaltar que la lectura de Nevadako egunak hace patente que viajar, conocer otros entornos y otros destinos es la mejor manera de avivar la comprensión y el respeto por las personas, por muy distintos que aparentemente puedan ser un vasco y un americano de Nevada. Una ciudad desconocida como Reno, pero sobre todo el inefable desierto que la envuelve, producen el choque que desboca los recuerdos y la conciencia. Un transitar desde el paisaje al alma humana: qué piensa, qué dice, qué imagina, qué pasa durante ese año en el que Bernardo Atxaga reside en Nevada.