Les nostres recomanacions i propostes

Este sueño adolescente de una noche de verano arranca con un esqueleto que solloza porque no sabe que está muerto. Una muchacha, decimonónica en su aspecto, absolutamente contemporánea en sus anhelos, le acompaña hasta un claro para que, juntos, puedan contemplar las estrellas y los misterios aún sin descubrir que se ocultan detrás de ellas.
 
De eso trata fundamentalmente la maravillosa nueva obra de Borja González: de los anhelos de la juventud. Ese impulso eterno de estar en otra parte haciendo cualquier otra cosa. De ser quien sea salvo tú mismo.
 
Teresa, garabateando cuentos de fantasmas a mediados del siglo XIX; Laura, Gloria y Cristina en estos momentos, queriendo montar una banda de punk a pesar de que no saben absolutamente nada de música. La una y las otras pululan por una atmósfera onírica e irreal, entre la ciencia ficción y el gótico, trazada a base de figuras sin rostros en una paleta de rojos, negros, verdes y amarillos.
 
Un orden cíclico, casi cósmico, conecta ambas historias que, aunque puedan parecer independientes -salvo por esa pulsión juvenil-, quedan unidas en un final esperanzador a la vez que melancólico.