Por primera vez en la historia, desde la firma del Tratado constitutivo de la Comunidad Económica Europea en el año 1957, existe la posibilidad de que un Estado miembro abandone la Unión Europea. Frente a las sucesivas adhesiones que se han ido produciendo a lo largo de estos años, nos encontramos ahora en un momento de inflexión donde determinados aspectos de la construcción europea están siendo cuestionados desde ciertos sectores de la población. La posibilidad de una (des)integración, el reexamen del procedimiento seguido hasta la fecha o la búsqueda de nuevos modelos de colaboración para el futuro ponen de manifiesto que Europa no se hace de una vez, tal y como señalaba Robert Schuman, y el Brexit con todas sus implicaciones es una muestra real de este proceso vivo y aún inacabado en el que las nuevas generaciones han de seguir trabajando con ilusión, aportando sus ideas innovadoras y renovadoras.