El presente libro analiza una de las cuestiones más controvertidas de la historia de la Segunda República española: la defensa del orden público. En el texto se muestran los distintos proyectos desarrollados y los sucesivos ensayos de reforma institucional y legal, así como las relaciones que se establecieron entre las distintas instancias gubernativas (gobiernos central y provincial, ayuntamientos, Guardia Civil, Cuerpos de Seguridad y Asalto e Investigación y Vigilancia) y entre los poderes del Estado: el ejecutivo, el legislativo y el judicial, pero también el poder militar.
También se presta atención a los medios materiales y a los recursos humanos, poniéndolos en relación con los diferentes tipos de protesta, individual o colectiva, y los propósitos que albergaron sus protagonistas. La otra evalúa si el dispositivo policial implementado durante la República respondió a las características y objetivos de la tradicional noción del orden público heredada del siglo XIX, basada en la defensa a ultranza del principio de autoridad, o si por el contrario se adoptó una percepción más innovadora basada en la protección del ejercicio de las libertades civiles, en línea con el actual concepto de seguridad ciudadana característico de las democracias maduras.
Así, en el nombre de la autoridad aspira a contribuir al debate sobre la construcción política, social y cultural de la democracia y de la ciudadanía durante la Segunda República, en relación con el desarrollo de unas culturas de la violencia que afectaron con especial intensidad al régimen nacido el 14 de abril de 1931, y que a la postre formaron parte destacada de los factores que determinaron su crisis y su derrumbe.