Recorridos

Antonio Gamoneda

Oviedo, 1931

Antonio Gamoneda es, sin duda, el poeta de moda: ganador en el año 2006 de los premios Cervantes y Reina Sofía, las reediciones de su obra y las antologías que la acercan al gran público se suceden sin cesar. No siempre fue así: de hecho, el caso de Gamoneda ejemplifica a la perfección el caso del poeta cuya obra se va haciendo en silencio y que tarda en alcanzar el reconocimiento general. Si bien la obra de Gamoneda venía siendo reivindicada desde hace décadas por un número cada vez más numeroso de poetas y estudiosos, su puesta en valor definitiva es muy reciente.

Gamoneda hablaba, al recibir el premio Cervantes, de la importancia de la pobreza en la obra del autor del Quijote y en la suya propia. No es retórica. En su casa sólo había un libro que pudiera leer: se llamaba Una más alta vida y lo había escrito su propio padre, poeta modernista al que no llegó a conocer, pues murió cuando él tenía sólo dos años. Tres tiene cuando se traslada junto a su madre -cuya presencia es constante en toda la poesía de Gamoneda- a León. Su infancia la pasa rodeado de la represión franquista, que durante los años se llevará por delante a muchos de sus amigos, y la pobreza más absoluta. Tras unos estudios muy breves comienza a trabajar en un banco (en él permanecerá desde 1945 a 1969). Es la época de su poesía de carácter más social: algunos de los libros que escribe entre finales de los años 40 y la década de los 60 no consiguen publicarse por problemas con la censura. Es el caso del que quizá sea su título más logrado de esa etapa, Blues castellano, escrito entre 1961 y 1966 y que sin embargo no se publicó hasta 1982.
Quizás esos problemas fuesen parte de las motivaciones de un largo silencio de ocho años durante el cual Gamoneda desaparece como poeta. Una crisis ideológica y una mirada crítica hacia los hechos de esos años de la Transición (de "depresión añadida", según sus propias palabras) que se romperá con Descripción de la mentira en 1977, un largo poema que anuncia ya el nuevo rumbo de su poesía. Seguirán títulos como Lápidas (1987), Libro del frío (1992), Libro de los venenos (1995), Arden las pérdidas (2003) y Cecilia (2004). Actualmente sus libros se reeditan de forma constante (la última novedad es la reedición de Blues castellano con un epílogo de Elena Medel) y se ha convertido en una figura indiscutible de las letras castellanas.

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