Georges Perec (1936-1982) se refugió en la mansión espiritual que Saul Bellow dice, en una de sus cartas, que es el idioma, y bastió un mundo lúdico y lleno de resonancias.

Nacido en París en el sí de una familia de judíos polacos, quedó huérfano durante la Segunda Guerra Mundial cuando sus padres murieron por culpa de la persecución nazi. Miembro del Oulipo -grupo de literatura experimental- y escritor de guiones radiofónicos en los años 60, ganó el Premio Renaudot en el año 1965 con su primera novela Les choses y el Premio Médicis el 1978 con La vie: instructions d'usage. Amante de los crucigramas, los juegos de palabras y los gatos, Perec escribió también una novela con título La disparition, en el que no aparece ninguna vez la e, la vocal més habitual en francés. Je me souviens, Penser-classifier o Un cabinet d'amateur son otros de sus títulos significativos de un universo literario imaginativo y trascendente.

Su literatura, sin duda, va más allá del puro juego. Es un edificio, bastido con esfuerzo y dedicación; un corpus literario que va más allá de la concepción únicamente lúdica de las palabras. Os invitamos a sumergiros en él.