Recorridos

Ball de bastons

El emergente talento catalán

Ser joven no es garantía de nada. En cualquier caso, puede ser garantía de una sola cosa: no tener experiencia. Ciertamente, sin embargo, pasados los años, uno, como lector, o espectador, puede reconocer un talento, una fuerza creadora, en según qué primeras obras -y al contrario, puede jugar a desmitifcar según qué grandes escritores consagrados y admirados, leyendo sus primeras tentativas...- que se pueden amalgamar en un mismo recorrido.

Porque digámoslo claro de entrada. Los autores jóvenes corren el peligro de ser doblemente menospreciados: por una parte, se les puede tildar de poco experimentados, despreciándolos directamente, sin estar atentos a las novedades que aportan o al trabajo llevado a cabo detrás de su propia complejidad creadora; y por otra, quizás más peligrosa que esta primera, la del entusiasmo porque sí, lo cual podría acomplejarlos -también porque sí, en el fondo. Un autor joven no tiene por qué ser bueno o malo de entrada, lo sabemos. Un autor joven es un autor joven, y punto; y tras esta aparente tautología se esconde una verdad como un templo: quien le ponga ganas, quien además se esfuerce, el que realmente pueda llevar a cabo una acometida literaria verdadera tendrá sus frutos literarios en un momento u otro. Tenga la edad que tenga. Quien simplemente busque un aspaviento, una espectacularidad (joven) o una aprovación gratuita, no tendrá recompensa.

Ramos de versos estuchados, bebop, espectros electromagnéticos, turbulencias, hombres y pájaros, romances, costuras, helicópteros, embarazos, furgatorios, mujeres que se perdieron -o que sueñan-, primaveras, veranos, revueltas, raíles, futbolistas, libreras francesas, hikikomoris, clientes de clubes de sexo, sindicalistas, familias como Dios manda, turistas profesionales, narcolépticos que juegan al ajedrez, prostitutas, cogals, padres, madres, hijos...

Ni grupos generacionales, ni estrategias temporales ni voluntades aglutinadoras de ningún tipo justifican este atril virtual, más que la del talento. Puro talento literario. En prosa o en verso, narrativa o dramaturgia, éste es un atril que hemos querido hacer para este Sant Jordi 2012 de jóvenes talentos catalanes, sabiendo que nos vemos expuestos a un doble error: la crítica por poco experimentados y el excesivo entusiasmo por jóvenes; talmente como lo decíamos. Sea como sea, esta es nuestra apuesta.

Son talentos catalanes acabados de detectar, salidos de los mejores hornos que conjugan tradición y modernidad, y que son el presente y el futuro inmediato de las letras catalanas. No hace falta etiquetarlos bajo ningún epíteto; son simplemente los que hace falta leer.

Bibliografía destacada