El 24 de marzo de 1976 supuso para Argentina un punto de inflexión y una fractura irreversible en las páginas de su historia. Ese día el general Jorge Rafael Videla, respaldado por las Fuerzas Armadas que encabezaba, puso fin, con un golpe de Estado, al gobierno constitucional presidido por Isabel Perón. En la Casa Rosada (sede de la presidencia argentina) se sucedieron tres juntas militares hasta la derrota de las Malvinas, en 1982, preludio de la restauración de la democracia, un año más tarde. 30.000 desaparecidos, miles de encarcelados, asesinados y exiliados, así como una desorbitante deuda externa y la destrucción de la industria nacional, la sanidad y la educación pública, fueron algunos de los lastres imborrables del llamado eufemísticamente por los propios militares "Proceso de Reorganización Nacional"

Reflexionar sobre la dictadura y las huellas que ha dejado en la sociedad argentina se convierte hoy en un imperativo moral, en la única vía para que aquel horror no vuelva a repetirse. Recordémoslo también nosotros mediante las siguientes sugerencias bibliográficas.