La aspiración de crear un "ser humano" artificial es tan antigua como la propia humanidad, aunque las razones y la materialización han variado a lo largo de la historia del pensamiento y la literatura.

Los primeros intentos parecen inseparables del aspecto religioso y mitológico; posteriormente, con la llegada de la Ilustración, el punto de vista de racionalizó y la aspiración tuvo que ver con el puro hecho de la creación de vida artificial, la ciencia tomó el lugar de la creencia y aspiró a convertir al hombre en creador, igualándonos así a los dioses. Tras el paréntesis romántico, en cuyo seno se escribió uno de los títulos paradigmáticos del género, finalmente, con el nacimiento de la cibernética y la teoría de la información, la vieja aspiración ha ido tomando la forma de lo posible, tanto en el aspecto puramente creador como en la idea de la replicación eterna, cuestiones morales aparte, del propio individuo hasta alcanzar la forma "perfecta", es decir, sin las limitaciones y las taras que conlleva la condición humana.

Este es, pues, un recorrido por algunas de las diversas acepciones que la vida, primero, y la inteligencia, posteriormente, mecánicas o artificiales, han dejado en la historia de la literatura. Podemos llegar a la luna Europa, cerca de la Puerta de Tanhäuser o a los límites del universo conocido, o podemos quedarnos en el gueto de la vieja Praga o en la Villa Diodati; en todo caso, un viaje apasionante...