Por tipología:
Houellebecq
29.08.2014
Houellebecq narcisista.
Houellebecq voluntariamente polémico.
Houellebecq políticamente incorrecto.
Houllebecq genial.
Sea como sea que se nos presente el escritor que ganó el Premio Goncourt en 2011 con El mapa y el territorio, lo cierto es que Houllebecq, uno de los escritores franceses vivos más bien considerados, no nos deja indiferentes.
Nacido como Michel Thomas y licenciado en ingeniería agrónoma el año 1980, Houllebecq adoptó el apellido de su abuela paterna, con quien parece que pasó muchos ratos durante su infancia y adolescencia. Su entrada en el mercado laboral como informático quedaría reflejada en su primera novela, Ampliación del campo de batalla, el año 1994. En ella, un informático de 30 años se abandonaba a sí mismo en un impecable proceso de misantropía. La aparición, el año 1998, de Las partículas elementales le valió el Prix Novembre y la revista Lire lo escogió mejor libro francés del año.
Su tercera novela, Plataforma, lo convirtió definitivamente en estrella mediática. Traducido a más de 25 idiomas, el libro suscitó varias polémicas alrededor del Islam y de la explotación sexual en el Tercer Mundo. La presión mediática francesa hizo que pasara un tiempo viviendo en varios lugares del mundo, como Irlanda o Cabo de Gata, en Almería.
Durante la promoción de su quinta novela, El mapa y el territorio, Houellebecq desapareció. Los medios especularon con un secuestro, una fuga digna de Houdini, la muerte. El autor reapareció días después; ahora llega a las pantallas el (¿falso?) documental El secuestro de Michel Houellebecq, dirigido por Guillaume Nicloux y protagonizado por el propio escritor, que hace gala de una tremenda vis cómica.
En sus libros, el enfant terrible de las letras francesas muestra un mundo de personajes alienados, desencantados y antiheroicos. Su literatura está confesamente influenciada por autores como el Marqués de Sade, Aldous Huxley, Howard-Phillips Lovecraft o Louis-Ferdinand Céline.
¿Participa Houellebecq de lo que le rodea?
Houellebecq voluntariamente polémico.
Houellebecq políticamente incorrecto.
Houllebecq genial.
Sea como sea que se nos presente el escritor que ganó el Premio Goncourt en 2011 con El mapa y el territorio, lo cierto es que Houllebecq, uno de los escritores franceses vivos más bien considerados, no nos deja indiferentes.
Nacido como Michel Thomas y licenciado en ingeniería agrónoma el año 1980, Houllebecq adoptó el apellido de su abuela paterna, con quien parece que pasó muchos ratos durante su infancia y adolescencia. Su entrada en el mercado laboral como informático quedaría reflejada en su primera novela, Ampliación del campo de batalla, el año 1994. En ella, un informático de 30 años se abandonaba a sí mismo en un impecable proceso de misantropía. La aparición, el año 1998, de Las partículas elementales le valió el Prix Novembre y la revista Lire lo escogió mejor libro francés del año.
Su tercera novela, Plataforma, lo convirtió definitivamente en estrella mediática. Traducido a más de 25 idiomas, el libro suscitó varias polémicas alrededor del Islam y de la explotación sexual en el Tercer Mundo. La presión mediática francesa hizo que pasara un tiempo viviendo en varios lugares del mundo, como Irlanda o Cabo de Gata, en Almería.
Durante la promoción de su quinta novela, El mapa y el territorio, Houellebecq desapareció. Los medios especularon con un secuestro, una fuga digna de Houdini, la muerte. El autor reapareció días después; ahora llega a las pantallas el (¿falso?) documental El secuestro de Michel Houellebecq, dirigido por Guillaume Nicloux y protagonizado por el propio escritor, que hace gala de una tremenda vis cómica.
En sus libros, el enfant terrible de las letras francesas muestra un mundo de personajes alienados, desencantados y antiheroicos. Su literatura está confesamente influenciada por autores como el Marqués de Sade, Aldous Huxley, Howard-Phillips Lovecraft o Louis-Ferdinand Céline.
¿Participa Houellebecq de lo que le rodea?
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