La biblioteca de Martín de Riquer

Visita a un escenario muy singular

Visitamos la biblioteca de Martín de Riquer; un lugar de trabajo e investigación, pero también un refugio, un espacio íntimo de creación y escritura.  Una visita que quiere ser un homenaje a la obra de uno de nuestros sabios más importantes.
Las obras que conforman la biblioteca de un investigador, su disposición a veces azarosa y otras más bien rígida, sus colecciones que pueden abarcar décadas o siglos incluso, los libros singulares que por sí mismos constituyen hitos, con las miles y miles de horas de estudio que encierran, los libros recibidos por azar, sobrevenidos, que se acumulan con descuido en las esquinas, también sus ausencias... todas estas obras y el espacio que las acoge dibujan una paisaje muy particular, con sus valles, colinas, bosques y campos roturados; una geografía que puede ser contemplada como la primera aproximación a la biografía intelectual de su creador.    
Martín de Riquer fue doctor en Filología Románica y catedrático emérito de Literatura en la Universitat de Barcelona. Miembro de la Real Academia Española desde 1955, presidente de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, Riquer fue asimismo miembro de numerosas instituciones nacionales y extranjeras.
Dedicó toda su vida al estudio de las lenguas romances como el provenzal, el francés, el catalán y el castellano. Trabajó en ediciones críticas de obras de la literatura castellana como el Quijote, obras de la literatura catalana como el Tirant lo Blanch y los trovadores. Su especialidad fue la épica francesa, la novela medieval, la cultura trovadoresca así como la cultura y literatura catalanas. Autor de numerosos estudios, libros y ediciones críticas, sus trabajos se han convertido en obras de referencia para investigadores de todo el mundo.
En 1990 se le concedió el premio IV Premio Internacional Menéndez Pelayo. Un año después, recibía el Premio Nacional de Ensayo que concede el Ministerio de Cultura, en el 97 el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, y en el 2000 el Premio Nacional de las Letras Españolas.
 
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