Inspector Moroni

Inspector Moroni

Inspector Moroni

Editorial: Astiberri

Pàgines: 148

Any: 2014

EAN: 9788415685616

20,00 €
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El mayor logro de Delisle con Inspector Moroni, no cabe duda, es su acertada creación de personajes. La ejecución del protagonista está a la altura del mejor Woody Allen. Todo conoceis a uno similar. Incluso más de uno puede verse reflejado en ciertas actitudes del tal Moroni. Y todo dentro de un molde que lo hace del todo plausible. ¿Acaso no van de la mano la neurastenia con el alto concepto de uno mismo? ¿No son los tipejos más ambiciosos unos ególatras narcisistas cuyos logros visualizan en su cabeza con todo lujo de detalle? Moroni es esto y más, pero ante todo es un personaje patético. Pero patético con el significado original de la palabra: un triste. Un tipo incapaz de socializarse, que vive en una realidad-burbuja creada en su cerebro, donde todos sus habilidades sobresalen sobre la media, donde todos los que le rodean deberían no solo reconocerle su superioridad sino aplaudirla. Pues Moroni, y su alto concepto de la moral, están por encima de todos. Nadie tan recto como él, ni tan listo, ni tan eficaz. Pero la realidad, amigo, siempre es otra. Ya dijo el filósofo que el hombre es tres hombres a la vez: el que piensa que es, el que los demás creen que es y el que es en realidad. En este caso, lo que piensan los otros y lo que supone realmente como ser humano está más cerca que nunca. Ambicioso y pretencioso, Moroni es el ejemplo enciclopédico del cretino. Ese tipo que vive allende el equipo, que se piensa mejor, más capaz, pero que en el fondo, y de manera evidente, es más iluso e ingenuo que la media, incapaz de filtrar nada desde el sentido común. Como tal cretino, sigue un código de conducta que trata de imponer a los demás, cuando es evidente que a él mismo no le funciona. Miedica, acusica, un pieza de cuidado, se crea una isla de conformidad basado en unas supuestas habilidades que sólo él percibe y que por supuesto resultan inexistentes. Pero lo más peligroso resulta el momento en el que su exacerbada imaginación es capaz de reordenar la realidad para que encaje en su molde de pensamiento y percepción. Y ahí es cuando su línea de reflexión pone en peligro a sus compañeros.
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